Fotos impresas en Huevo!!

El pinhuevo. Mi epopeya para construir una cámara pinhole con un huevo

Desde que me dio por retratar el mundo con una cámara pinhole, he sentido el deseo de hacerme una cámara especial, con el propósito de hacer una única fotografía. La idea era sacrificar la cámara en el proceso de creación de la foto. Quería que la cámara se convirtiera en la fotografía. Para que lo entendáis: el proceso desde la cámara a la fotografía debía ser el mismo que el que va del pollito al huevo. El ave crece protegida por la cáscara y cuando está prerada, la rompe y sale al exterior. Por eso decidí crear el Pinhuevo: la cámara pinhole heca con un huevo.


Foto de francescco


Por un lado parecía tan fácil… Crearía mi pinhuevo sin romper el huevo, usándolo como una cámara oscura y, al abrirla, encontrarme con la fotografía impresa en la cáscara.

Estupendo.
Claro que, por otro lado, el proyecto no parecía en absoluto tarea sencilla y lo pospuse durante años. Hasta que Lomography el Día del Pinhole se celebraron justo durante la semana santa y me proporcionaron la excusa perfecta para llevarlo a cabo.
Lo intenté varias veces, de maneras distintas, dejándome las manos hechas una porquería con el contenido de los huevos rotos. Ahora los pollos me observan con pena y terror, pero al final encontré la receta adecuada para mi huevo pinhole.
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Fotos de francescco
Ingredientes:
Huevo
Pinhole
Emulsión fotográfica líquida (yo usé la de Rolley)
Ácido fotográfico (revelador y fijador)
Cinta adhesiva
Paño negro
Un jardín
Cabezonería
Paciencia
Más paciencia
Instrucciones:


Coge un huevo y agujeréalo con una herramienta giratoria (yo usé una Dremel) para obtener un agujero cuadrado de 2cm. En este punto, normalmente te encontrarás ya cubierto de líquido proveniente del huevo. Antes de lavarte, asegúrate de que la cáscara del huevo está vacía. Lávate y lava también el interior del huevo. En un cuarto oscuro, pinta el interior de la cáscara con la emulsión para que sea sensible a la luz.


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Fotos de francescco


Ahora tapa el agujero con una placa de latón adaptada, tratando de restaurar la ovoidad natural de la cáscara. Sella la estructura con la cinta adhesiva. Notarás que la cáscara es en realidad transparente: para evitarte problemas, envuélvela con el paño negro, procurando dejar fuera el pinhole. Durante cada etapa de este proceso el huevo podría romperse. Sucede más que muy a menudo.

Al final deberías apañártelas para tener un pinhuevo perfecto y bien vestidito. Ahora llévatelo al jardín. Sitúate (yo lo hice agachado, desnudo e inmóvil) delante del huevo (¡enfrente del agujero!) durante unos 30 segundos. Afortunadamente, mis vecinos me ahorraron el bochorno de informar a la poli de mi comportamiento. Espero que los tuyos sean igual de considerados.

Cuando me pareció que el huevo ya estaba suficientemente impresionado por la visión de mi desnudez, volví al cuarto oscuro. Os sugiero que hagáis lo mismo. Incluso aunque os quedéis vestidos. Una vez allí, destapad el huevo, quitad el pinhole (con cuidado) y llenad el huevo con el revelador y el fijador, en este orden. Una vez terminado debería verse algo aparecer en la superficie interna. Puedes aumentar la apertura del huevo y echar un vistazo más cómodamente: la fotografía debería estar ahí, negativa y ligeramente deformada por la curvatura de la cáscara. En este punto, yo hice una foto (con una cámara “normal”) de la cáscara y la convertí en negativo para el positivo del original. Puedes hacer lo mismo o devanarte los sesos para encontrar otro modo de hacerlo.

La visión de mi velloso cuerpo desnudo no era tan agradable como para que la idea de repetirla me resultara atractiva, así que pedí a una modelo que posara para mi huevo. El huevo debe haber apreciado mi gesto, porque las fotos que hice a continuación eran más anchas y más definidas que mi autorretrato.


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Fotos de francescco

Como podéis ver, la cosa es casi sencilla. La peor parte es tratar con la fragilidad de la cáscara. Para poder hacer cuatro fotos buenas, destruí más de 50 huevos. Podía haber hecho el retrato de la tortilla pinhole más grande desde los tiempos de Dadá.

Así es que, tal y como deseaba, el huevo es la cámara y la foto al mismo tiempo. Es el principio y el final del proceso fotográfico. Si se le añade un renacimiento (por favor, no me preguntéis cómo) tenéis el perfecto PinHuevo de Pascua.